21.5.09

La verdad más verdadera

–En su nuevo disco, La verdad más verdadera, asume el compromiso social casi como una obsesión.
–Sí, pero el compromiso me sale solo. Forma parte de mi personalidad.

–Parece especialmente sensibilizado por la sanidad pública española.
–Es penosa. El otro día un colega estuvo en urgencias de las ocho de la tarde a las cuatro de la madrugada. La verdad es que da miedo y encima cada vez tienden a privatizarla más.

–Por eso carga en una canción contra la gestión de Esperanza Aguirre.
–El ser humano no está preparado para tener un cargo de presidente. Todos arramblan. Pero yo hablo de lo que me toca: la Comunidad de Madrid. Ahora han puesto un millón y pico de euros para arreglar un parque de Pan Bendito. He visto los planos y ponen cuatro mesas para jugar al dominó y cuatro fuentes. ¿Dónde va a ir el resto del dinero? A la saca.

–Dice con ironía ser «el grupo favorito de Esperanza». ¿Les conoce?
–Claro. Cómo no va a saber quién es el chavalito que ganó los Goyas y que ponen como ejemplo de superación. En algunos sitios donde gobierna el Partido Popular, llamamos para tocar en las fiestas pero somos un grupo violento que incita al desorden.

–¿Lo intuye o se lo han dicho así?
–Nos lo han dicho. En el barrio de Aluche, mismamente. Y, ¿Dónde encuentras un grupo con mensaje más constructivo para la juventud? Cuando gané el Goya, la Comunidad intentó utilizarme para su campaña de accesibilidad para discapacitados. Y me negué.


–Cuando grababan este disco ya sabían que no lo editarían con Warner y que lo regalarían en internet?
–Sí. Y nunca pensamos en sacarlo en otro sello, aunque recibimos muchas ofertas hasta de Universal. Somos un chollo: se gastan dos kilos en grabarlo, no invierten un duro en publicidad y sacan ventas de 40.000 y 50.000 copias. Eso es mucha ganancia. Las compañías son vampiros. Los jueces han de ponerse las pilas con este tema. Es el momento.

–En En fuerza física denuncian que no cobraron royaltis de un disco que vendió 40.000 copias. ¿Empieza ahí la guerra con su discográfica?
--Nos mosqueamos antes. Nos dijeron que el grupo daba pérdidas y que si queríamos que invirtieran en promoción debíamos darles un 5% de lo que ganábamos en los conciertos.

–Muchos grupos ya lo hacen, ¿no?
–Sí, pero yo no me creía que el grupo diese pérdidas. Nos pusimos en manos de una abogado y vimos que habían incumplido cláusulas del contrato desde el 2001 en pago de royalties. En la Sociedad de Autores descubrimos que ¡Cata cheli! había pasado del disco de oro. Entonces les comunicamos la rescisión del contrato por burofax y les demandamos.

–¿Qué pasa si pierden el juicio?
–No hace falta ni que nos paguen lo que nos deben. Solo queremos ser libres. Si perdemos pierde La Excepción y haremos frente a lo que diga el juez, pero si ganamos ganarán los autores, los oyentes y la música.

–¿Qué les dicen los otros grupos?
--Estamos recibiendo correos y llamadas de apoyo de artistas de pop, de rap, de flamenco… No te diré nombres, pero algunos son de Warner.

–¿Ninguno le ha acusado de reventar el mercado al regalar su disco?
–No, aunque más de uno lo pensará. Pero el problema no soy yo sino su compañía, que pone el disco muy caro y le está quitando dinero. Y si quieren recortar la piratería puede hacerlo dando palos a Telefónica y a las redes por las que circula internet.

–¿Cuánta gente se bajó el disco?
–En las primeras cuatro horas hubo 40.000 descargas. Tras dos meses ya es incalculable. Igual son 500.000.

Foto: JUAN MANUEL PRATS
Periodista: NANDO CRUZ





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